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Let Justice Roll

(Traducción en español en la parte inferior.)

Jesus came to set the world right. This includes our personal salvation, but it’s not limited to it. In his plan, we get to *partner* with him in setting the world right.

The tricky thing about setting the world right is it is only accomplished through reflecting the character and ways of God into the world.

“The righteous shall live by faith”.(1) Jesus looked ahead to a renewed world he could not yet see, and he let it spur him onward.

Part of the righteousness of Jesus can be found in how he laid down his own power in his mission to set the world right.

It’s not easy to lay down our own power. We’d rather lean into it. To use our power as an excuse to taunt and suffocate any mere hint or suspicion of injustice. Four policemen gave us a vivid picture this week of what that looks like.

But that’s not righteous. And its certainly not justice. Rather, it’s yet one more example of what Jesus wants to set right.
We don’t realize that justice and righteousness are two translations of the same word, so we skew the meaning of justice.

But justice is the act of setting things right. It’s what Jesus is doing. And it’s what we are called to partner with him in doing:

-To look ahead into a renewed world we cannot yet see, and let him spur us onward in reshaping it – and all of its systems – according to God’s design.

-To stop belittling fear bur rather reflect God’s care into every corner of our communities until his love has driven it all out.

-To use our power – however little of it we have – not for our own personal benefit or ego, but for “righting the wrongs that impact the people whom God creates and loves”. (2)

On my own, I’m nothing more than an icy-hearted flake of snow slowly melting into a puddle. But many puddles can start a stream. And many streams can form a river.

God wants justice to roll like a rushing river. (3)
We need to want it, too.

1) Hab 2:4, Rom 1:17, Gal 3:11, Heb. 10:38
2) Bethan Hanke Hoang and Kristen Deede Johnson. The Justice Calling. (Grand Rapids, MI: Brazos Press, 2016), p. 23.
3) Amos 5:24

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A huge thank you to Jahzeel Chavez for the following translation:

Jesus vino para poner el mundo en orden. Esto incluye-pero no se limita- a nuestra salvación personal. En su plan, nosotros venimos a “asociarnos” con él en la labor de arreglar el mundo.

Lo complicado de arreglar el mundo es que solo se logra a través de reflejar el carácter y los caminos de Dios al mundo.

“El justo por la fe vivirá”.(1) Jesús miró hacia adelante hacia un mundo renovado que aún no podía ver y dejó que esto lo impulsara adelante.

Parte de la justicia de Jesús puede ser hallada en la manera en que él mismo dejó a un lado su propio poder en su misión de arreglar el mundo.

No es fácil dejar a un lado tu propio poder. Preferiríamos recargarnos en él. Usar nuestro poder como una excusa para burlar y sofocar cualquier indicio concerniente a una sospecha de injusticia. Esta semana, cuatro policías nos dieron una imagen vívida de como se ve esto.

Pero eso no es justo. Y ciertamente no es justicia. Más bien, es un ejemplo más de lo que Jesús quiere arreglar.

No nos damos cuenta que justo y justicia son dos traducciones de la misma palabra así que torcemos el significado de justicia.

Pero, justicia es el acto de arreglar las cosas. Es lo que Jesús está haciendo. Y es a lo que fuimos llamados a hacer en asociación con él:

-Mirar hacia adelante a un mundo renovado que aún no podemos ver y dejar que él nos impulse a reorganizarlo- junto con todos sus sistemas- de acuerdo al diseño de Dios.

-Dejar de minimizar el temor si no más bien reflejar el cuidado de Dios en cada esquina de nuestras comunidades hasta que su amor lo haya expulsado todo.

-Usar nuestro poder- sin importar que Yam pequeño sea- No para nuestro beneficio o ego personal, si no para “enderezar los errores que impactan a las personas a quienes Dios ha creado y ama”.(2)

Por mi cuenta, no soy más que un copo de nieve con un corazón congelado que se derrite lentamente en un charco. Pero, muchos charcos pueden comenzar una corriente. Y muchas corrientes pueden formar un río.

Dios quiere que la justicia surja como un río caudaloso. (3) Nosotros también debemos desearlo.

1) Hab 2:4, Rom 1:17, Gal 3:11, Heb. 10:38
2) Bethan Hanke Hoang and Kristen Deede Johnson. The Justice Calling. (Grand Rapids, MI: Brazos Press, 2016), p. 23.
3) Amos 5:24

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